sábado, 27 de agosto de 2011

Rafting en el Noguera Pallaresa

El río Noguera Pallaresa nace en Pla de Beret, en el valle de Arán, a pocos metros del nacimiento del río Garona. A diferencia de su río hermano, que se dirige hacia el océano Atlántico, el Noguera Pallaresa se dirige hacia al sur, y atraviesa Pallars, primero Pallars Sobirà, y tras atravesar el desfiladero de Collegats, el Pallars Jussà. En este punto se le une el río Flamisell tras pasar Pobla de Segur. El Noguera Pallaresa es históricamente el eje de comunicación principal y alrededor del cual se articula la vida de estas comarcas. Desemboca en la orilla derecha del Segre pocos kilómetros tras abandonar las comarcas que le dan nombre, por el desfiladero de Terradets, que atraviesa la sierra del Montsec, justo antes de llegar al pantano de Camarasa (en la comarca de Noguera, en la provincia de Lérida). Tiene 154 kilómetros de longitud.

El rafting es una actividad que consiste en descender por las aguas bravas de un río en una lancha neumática, con la ayuda de remos, sorteando las rocas y evitando en todo momento la caída al agua. Normalmente se practica en un grupo de seis u ocho personas, a bordo de una lancha neumática que van sentadas en los bordes de la misma. En el suelo los tripulantes disponen de unas sujeciones para los pies, para que resulte más fácil mantener el equilibrio cuando llegan los baches y los bruscos movimientos de la corriente. 

En el descenso de ríos existe una clasificación internacional ampliamente aceptada para clasificar los ríos según su grado de dificultad al navegarlos.

  • Aguas planas. Se refiere a cuerpos de agua cuya superficie es prácticamente plana, sus remolinos, huecos y olas son despreciables.
  • Clase I. Muy fácil. Aguas casi planas, muy poco turbulentas con olas pequeñas. Totalmente navegable.
  • Clase II. Fácil. Aguas un poco turbulentas con huecos y hoyos de no más de 25 centímetros, remolinos pequeños sin peligro alguno para un nadador.
A partir de aquí se consideran ríos rápidos, de aguas blancas o de aguas bravas.
  • Clase III. Intermedio. Aguas turbulentas con huecos y olas medianas de no más de un metro, remolinos de cuidado para un nadador y de alguna consideración para una embarcación. La navegación requiere buena técnica y conocimiento del río. Existen algunos pasos técnicos de atención.
  • Clase IV. Difícil. Aguas blancas muy turbulentas pero predecibles. Huecos y olas de hasta dos metros, remolinos considerables para una embarcación. Pueden existir cascadas de consideración. La navegación requiere muy buena técnica y conocimiento del río. Existen pasos estrechos que requieren maniobras técnicas complicadas.
  • Clase V. Experto. Aguas blancas muy turbulentas poco predecibles con olas y huecos de más de dos metros. Remolinos y cascadas de peligro. Requiere un grado de técnica experto y muy buen conocimiento del río. Necesidad de maniobras extremadamente técnicas.
  • Clase VI. Extremadamente difícil o no navegable. Se considera muy difícil o imposible de navegar.
Todo río rápido no tiene una misma clase en toda su extensión, sino que posee una sucesión de tramos de distintas clases. Un río o un tramo del mismo se considera de la misma clase que su rápido más difícil. La mayor parte de la actividad en descenso de ríos se realiza en las clases III y IV, quedando las clases II e inferiores en la categoría de navegación general en la que otras embarcaciones, técnicas y equipos son utilizados. Los ríos de clase V son abordados únicamente por expertos.
El excitante trayecto se hace en compañía de un monitor, que se coloca en la parte posterior de la embarcación para pilotarla. Su función es marcar el rumbo con el remo y dar las instrucciones necesarias al resto del grupo para avanzar río abajo. La caída al agua no representa ningún problema, ya que los tripulantes van adecuadamente equipados con casco, chaleco salvavidas y con traje y botas de neopreno, material que contrarresta la baja temperatura del agua y evita que pasemos frío.

En este caso el recorrido es de unos 14 km y une las poblaciones de Llavorsí y Rialp y en algunos puntos llega a ser de clase IV. Durante el trayecto aprovechamos para darnos algún baño que otro en las frías aguas donde la corriente es más débil. 







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